¿Sabías que nuestro cuerpo está compuesto por millones de microorganismos, bacterias y hongos? A esto se le llama la microbiota y el 60% de esta microbiota, está ubicada en el sistema digestivo, a esto se le conoce como el segundo cerebro, por la importancia que ésta cumple en muchas funciones, no solo digestivas sino funciones cerebrales, respiratorias, musculares, mejor dicho, la lista es infinita. Recientemente se ha descrito la existencia del eje cerebro-intestino, que conecta el sistema nervioso central con la microbiota intestinal a través del nervio vago, el sistema parasimpático, además de las enfermedades que clásicamente se han relacionado con alteraciones en la microbiota, como la obesidad, la diabetes tipo 2, las enfermedades inflamatorias del intestino y las alergias, últimamente también se han relacionado otras enfermedades del sistema nervioso central, como el autismo, la ansiedad, la depresión y la dependencia alcohólica.
Algunos alimentos fermentados (como el pan de masa fermentada y la mayoría de los encurtidos) se procesan después de la fermentación, lo que mata a los microorganismos. Los microorganismos que no están vivos, no proporcionan los mismos beneficios que los vivos y no se consideran probióticos. Otros alimentos fermentados que contienen microorganismos son: Vinagre de manzana, queso, kimchi, kombucha, miso, kefir y chucrut (col fermentada).
Así que ya sabes… ¡A cuidar esa microbiota!